miércoles, 30 de diciembre de 2009

Pequeñas grandes cosas







Hola a todos.

Ahora que estoy más tranquilo y se está acabando el año, me gustaría repasar algunas de las cosas que no han pasado por este blog por diversas circunstancias y de las que sí quería acordarme para todos vosotros.

Como aquel cocido al que nos invitaron en Guadalajara y en el que estuvimos como en nuestra casa, recordando los momentos más importantes de la temporada y hablando de toros, que es, en definitiva, lo que nos gusta a los que amamos esta fiesta.

Fue muy divertido, aunque luego el atasco en Madrid nos hizo llegar un poco tarde a la presentación del apoderado en Salamanca. Estoy muy agradecido a la tertulia del cocido por acordarse de mí y tratarme tan bien.
Y que nos perdonen, que les prometimos que reflejaríamos la comida en este blog y al final, con unas cosas y otras, no lo hemos hecho hasta hoy. Bueno, nunca es tarde, ¿no?

jueves, 24 de diciembre de 2009

¡FELICES FIESTAS!


Este año toca a su fin. En él ha habido de todo, claro, pero predominan las cosas buenas sobre las menos buenas. Por eso espero que a partir de ahora cada año sea mejor que el anterior, y que todos vosotros estéis ahí para que pueda compartirlo con todos.
Y, como compruebo que no se lee muy bien lo que os pongo en la felicitación, lo transcribo: "Este no es un mensaje para la gente de la que me he acordado hoy, sino para aquéllos de los que no me quiero olvidar nunca".
FELICES FIESTAS.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Un atropello disfrazado de defensa

Esta mañana se ha producido una noticia luctuosa no sólo para el mundo del toro, sino también para la sociedad que defiende la libertad del ser humano por encima de todo. Una minoría ruidosa que ha conseguido muchos apoyos políticos a cambio (siempre presuntamente) de favores de la misma clase, ha conseguido que se admita a trámite una ley que cercena sin miramientos la libertad del individuo, que le dice qué es lo que debe y qué es lo que no debe hacer con sus aficiones, que le señala qué es lo que debe y qué es lo que no debe pensar, que le prohíbe tener un punto de vista distinto de los que han propuesto la iniciativa. A los miles de aficionados que se acercan pacífica y serenamente a la Monumental y que ya mantenían su afición casi en la clandestinidad les han dicho que a partir de ahora, si quieren disfrutar de ella, deben irse a Francia como poco. Igual que hace unas décadas los españoles debían ir a ver determinadas películas a Perpiñán. Y todo ello en nombre de los derechos de los animales, lo que me hace plantearme una serie de preguntas.
En primer lugar, no entiendo en qué estado de derecho se erige un supuesto derecho de los animales por encima de otro de los seres humanos. Y no uno cualquiera, el derecho a la Libertad, uno de los pilares básicos de nuestra Constitución que, mientras nadie diga lo contrario, también es la suya. Los que vivimos y amamos esta fiesta también vivimos y amamos al toro bravo, un animal único que sobrevive gracias a este espectáculo y a los millones de personas que viven en torno a él.
Por otra parte, y siguiendo los mismos criterios, habría que prohibir que la gente se vaya a merendar al campo, ya que allí hay hormigueros que se destrozan impunemente sin que nadie levante la voz. Además, se ahuyenta a los pájaros, que disfrutaban tranquilamente de sus "derechos" hasta que llegaron los malditos campistas. Es más, habría que exigirles responsabilidad civil a las moscas, que se acercan a la barbacoa de una forma muy molesta y no respetan nuestros derechos. Deberíamos demandarlas inmediatamente, puesto que si son sujetos de derechos, también deben serlo de obligaciones, digo yo.
Y, puestos a prohibir, prohibamos también el circo, ese espectáculo depravado y cruel en el que los niños disfrutan y son felices a base de transgredir los "derechos" de los animales. ¡Qué desfachatez, por Dios! ¡Que la gente sea feliz viendo cómo un señor asusta a los animales con un látigo! Si es que la gente tiene unas cosas...
Pero, llevando al extremo esperpéntico el hecho de coartar las libertades por el gusto de una minoría, se me ocurre que debemos prohibir los castellets, esas torres humanas que se realizan en Cataluña para las grandes celebraciones, donde siempre es un niño el que culmina el acto por encima de siete filas de señores que se sostienen unos a otros. Si seguimos los mismos criterios, ¿a nadie se le ocurre que estos señores son unos bárbaros por dejar a un crío correr ese peligro?
¡Pues claro que a nadie se le ocurre, porque es un espectáculo impresionante que a todos nos gusta ver! ¡Como lo es un natural de muñeca rota y alma desgarrada! Pero estos señores entienden que el natural es españolista, y eso no sintoniza muy bien con sus ideas. Es aquí donde está la clave del problema, y no en otra parte. Pensar en la sarta de bobadas que he soltado hace un momento es una estupidez, pero no es mucho menos ridículo admitir a trámite en un parlamento regional, el lugar donde se elaboran las leyes que todos debemos cumplir, una ley para seccionar la Libertad de un ciudadano de ir a los toros, si lo estima oportuno, y de quedarse en casa si ese espectáculo no es de su agrado. Y por eso lo que ha sucedido esta mañana en el Parlament es mucho más grave de lo que nos imaginamos...

jueves, 22 de octubre de 2009

Mi premio... La ilusión




Concluyó la temporada. Llega el momento de sentarse a solas con uno mismo y realizar ese balance mental tan necesario y repasar las cosas positivas y negativas que han ocurrido a lo largo de la temporada más dura y, a la vez, más enriquecedora de mi carrera. Esa en la que gané y perdí cosas muy importantes en todos los sentidos. Esa en la que el toro me recordó lo vacío que me siento cuando no lo tengo cerca. Esa en la que comprendí el verdadero sentido de disfrutar en la cara del animal, de sentirme torero cada vez que hago el paseíllo. Esa en la que descubrí que para soñar conviene no dormirse...



Por eso quiero hacer balance con vosotros, que habéis permanecido fieles a este cuaderno de bitácora tan particular, y dejar un par de pinceladas de las veces que me he vestido de luces esta campaña, porque he sentido cosas muy especiales tanto al pisar los alberos como al encontrarme de nuevo con vosotros a través de vuestros comentarios. Gracias una vez más por estar ahí.



Todo comenzó en Ciudad Rodrigo, allá por el mes de febrero, con un festival con el que ya es casi tradicional que comience mi temporada. Había pasado un invierno duro y necesitaba recordar la plenitud de pegar un natural bueno. Afortunadamente, no sólo pegué alguno bueno, sino que me sentí muy a gusto con el toro de Sayalero.

Desde entonces y hasta final de temporada, he visto cómo mi esfuerzo y mi trabajo diarios iban teniendo recompensa. En Valdemoro volví a tener sensaciones de torero, de necesidad por estar en la cara del toro, y se fueron acrecentando con los triunfos y con la actuación de Madrid, creo que la más sólida de todas cuantas he protagonizado en esa plaza.

Pasé también por el duro trance de perder a Juan Luis, un amigo y un compañero pero, sobre todo, un tío que siempre creyó en mí y al que no voy a defraudar.

Abrimos el mercado peruano con el triunfo grande en Chota y ese Escapulario de Oro que me traje a España. Y los triunfos en Salvaleón, Navalcán, Almoharín, Gálvez, Soto del Real...

En Cuéllar la espada me hizo perder una puerta grande y le perdí un poco el sitio a los aceros, lo que me perjudicó en Salamanca. La primera tarde pudo ser de cuatro orejas y los pinchazos dejaron el premio en dos, pero la tarde de Montalvo fue especial. Y siempre recordaré esa faena a Notable, en la que me pude abandonar y dejar que fluyese el toreo con naturalidad, más por necesidad de expresión que por necesidad de triunfo.

También fue bonito el colofón, con varias figuras retiradas en el cartel y otro animal de Montalvo para cuajar una gran faena, para sentir cosas distintas, para mostrar que el camino elegido es el correcto.

Y ahora, a esperar con ansia que llegue la próxima temporada, compartiendo de nuevo mis impresiones con vosotros después de descubrir que el verdadero triunfo, el que lleva consigo todos los demás, es el de la ilusión, el arma que me llevará, como hasta ahora, a la meta marada. Allí os espero. Como siempre...

domingo, 20 de septiembre de 2009

¡Cómo lo disfruté!


Aquí estoy, de nuevo ante vosotros, los que me habéis seguido y me habéis apoyado durante toda la temporada. Aquí estoy, de nuevo, con un nuevo triunfo debajo del brazo, aunque éste no sea un triunfo cualquiera, sino el triunfo en Salamanca. Por eso quiero agradeceros, antes de nada, el cariño que me habéis dado y que me seguréis dando por siempre, porque es como una droga que me hace sacar fuerzas para agradeceros el empeño. Os he sentido cuando estaba toreando, os he visto cuando hacía el paseíllo y os he saludado -a los que he podido- cuando paseaba por la calle. Ha sido todo tan bonito que, después de lo que había costado llegar hasta aquí, no se puede quedar en una feria para el recuerdo. Tiene que ser el comienzo de mi nueva etapa, de mi nuevo ciclo en esta profesión tan hermosa y tan sacrificada.
Desde que salió el sol el domingo 13 sentí que iba a ser mi feria. Lo sentía en los dedos, en la barriga, en el alma. No sabía si embestirían los toros, si todo estaría en orden, si la suerte se pondría o no de mi lado. Sólo sabía que no me iba a guardar nada.Luego, cuando atravesaba otra vez en hombros la Puerta del Toro... Era tan feliz que no quería que se escapase ese momento. Quería que se repitiera una y otra vez, y ahora sé que está en mi mano.
Y a los tres días, cuando cogí la sustitución y pude cuajar el toro de Montalvo, di las gracias por ver recompensado el esfuerzo que hemos hecho todos esta temporada, que no está siendo nada fácil y, sin embargo, es cuando mejores sensaciones tengo con la muleta en la mano. Y pienso que quedó claro, ya que me han comunicado que he logrado el premio de La Gaceta otra vez, lo que aprovecho para agradecer al jurado de ese trofeo.
Han sido muchas las llamadas recibidas y muchos los mensajes que me dan fuerza para seguir haciendo lo que más me gusta. Y más ahora, que me gusta más que nunca. Os aseguro que a nada que surja una nueva oportunidad volveremos a estar en la lucha, porque nunca me he sentido muerto, ni siquiera malherido. Mientras siga disfrutando de mi profesión como lo hago ahora y siga teniendo vuestro apoyo, seguiré luchando para llegar a ser lo que siempre he soñado: Figura del Toreo.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Satisfecho... pero quiero más

Os prometí que os iba a dedicar más atención y que os escribiría esta semana y aquí estoy, cumpliendo lo prometido. Además, me gusta contar las cosas buenas que han pasado. Sobre todo, que he toreado dos festejos el fin de semana y, aunque ha habido también algún elemento de mala suerte, lo cierto es que me he divertido mucho toreando y me he vuelto a sentir y a confirmar que el camino que he elegido es el que más me llena.
El sábado estuvimos en Gálvez, en un pueblecito de Toledo muy acogedor y donde nos mostraron mucho cariño. Me salió un novillo muy bueno de José Manuel Escolar y lo cuajé de principio a fin. Estuve muy a gusto delante de la cara y hasta pude intentar cosas a las que le llevo tiempo dando vueltas de salón. El trabajo en el entrenamiento es muy importante, pero lo es más intentarlo delante del toro.
Y al toro lo vi en Cuéllar el domingo. El primero se había tirado un cuarto de hora pegando derrotes contra las vallas del encierro y eso se notó luego en la plaza. Mira que me puse de todas las maneras posibles, pero no hubo manera. ¡Qué sensación de frustración se te queda cuando es imposible pegarle pases a un toro!
Con el que me encontré sensacional fue con el segundo, un toro de La Gloria que tenía mucha bondad pero que andaba justito de fuerza. Tanto que Juan Luis sólo le dio un picotazo para conservarle la condición.
Con la muleta en la mano disfruté una barbaridad. Es la forma de demostrarme a mí mismo que puedo superar todas las adversidades, y que hay que sacarle faena a todos los toros posibles. Logré mantenerlo en pie y afianzarlo para ligarle luego series de mucha largura, como a mí me gustan. La pena es que lo pinché varias veces cuando le tenía cortadas las orejas, pero dejé una gran impresión y me despidieron con una ovación.
Por todo eso, me siento satisfecho del toreo que he ido mostrando, pero quiero mucho más. Salamanca está ahí, tan a la vuelta de la esquina que ya puedo olerlo, y ahí sí que no va a fallar nada. Se lo debo a mucha gente que, como vosotros, confía en mí, pero me lo debo, sobre todo, a mí mismo. Y esa es mi plaza...

jueves, 27 de agosto de 2009

¡Cuántas cosas han pasado...!

Sí, ya sé que he descuidado demasiado este rincón en el que me comunico con vosotros. Algunos incluso me lo habéis recordado cuando me he encontrado con vosotros. Y a algunos, y eso es lo más bonito de todo, ni siquiera os conocía en persona y ahora ya os pongo cara.
Y es que es cierto que han pasado muchas cosas desde la última vez que escribí en este blog. Pocos días después toreé en Madrid, y aunque las cosas no salieron mal y me fui con un regusto muy dulce de buen toreo con la mano izquierda, tampoco le corté las orejas a los toros, y eso también es importante. Lo pero de todo fue que al día siguiente se fue un amigo. Sólo Dios y él sabrán por qué, pero se fue, y eso me produjo una sensación de pérdida enorme. Hoy ya sé que Juan Luis, allá donde esté, está velando por mí como sólo él sabe hacerlo. Ahora es su hijo quien me acompaña en la cuadrilla, y es como si una parte de él siguiera con todos nosotros.
Mi forma de recordarle fue brindarle, en Chota, en Perú, el toro del triunfo. Y creo que él me echó una mano para que disfrutase tanto haciendo el toreo, el de toda la vida, el que me nace del alma y me llena de verdad, el que me permite expresar lo que siento. Por eso el Escapulario de Oro que me traje de Perú tiene escrito su nombre.
Luego ha habido tardes en las que he vuelto a sentir el toreo, como la de Salvaleón, el pueblo de mi madre, donde pude disfrutar de mi profesión rodeado de mi familia y de amigos que hacía tiempo que no veía y a los que me encantó volver a saludar. Y también fue importante la tarde de Navalcán, a pesar de que mi lote no ayudó como a mí me hubiera gustado. En fin, no todos los días los toros te permiten hacer el toreo que sientes.
Ahora hay que pensar en lo que nos queda por delante. El sábado toreo un festival en Gálvez, en Toledo, y al día siguiente estoy anunciado en la Feria de Cuéllar, en Segovia. Será un fin de semana para vivir intensamente mi profesión y para que pasen cosas importantes, que Salamanca, mi tierra y mi plaza, está ahí, a la vuelta de la esquina. Será el 13 de septiembre, con la corrida de José Luis Marca y con Chaves y Valverde en el cartel. Y os aseguro que va a ser una tarde importante.
Pero hasta entonces todavía queda mucho. Hay que ir paso a paso, y los primeros se dan este fin de semana. Prometo no abandonaros tanto y volver a escribir el lunes o el martes. Que tiene razón mi amigo Isidoro: vosotros sois los que siempre estáis ahí y os preocupáis por mí.
Un abrazo a todos.

miércoles, 17 de junio de 2009

Sólo conmigo, en el campo...


Escribo mientras invade la casa el siniquete de los cencerros en el cuello de los bueyes, que llegan a descansar en el cercado de detrás de la casa después de la jornada en el campo. Escribo desde la soledad, cuando la tarde ya ha empezado a convertirse en noche y llega el momento de madurar lo aprendido durante todo el día. Y este momento de reflexión me ha empujado a contaros las ganas que tengo de que llegue el domingo y mirar la plaza de Las Ventas desde ese túnel del patio de cuadrillas, donde el futuro no existe más allá de las próximas dos horas y los miedos se multiplican por mil. Allí, cuando suenan los clarines y rompe el paseíllo, no existen los milagros...
Por eso hay que estar muy preparado, física y mentalmente, porque esa plaza te puede cambiar la vida. Yo tuve la fortuna de vivirlo de novillero. No tenía nada hecho después de la novillada de San Isidro, y aquélla me valió veinte novilladas y veinte corridas de toros, además de la alternativa en San Sebastián.
Y para prepararme fue para lo que me recluí en el campo, donde estoy ahora, donde voy matizando mi toreo para demostrar en Madrid que los aficionados que quisieron esperarme no se equivocaban. Ya sé lo que es abrir esa puerta, y también cómo te sientes cuando tocas pelo en Madrid, y no quiero que se me escape esa sensación. Quiero volver a vivirla...
He querido regalaros esta foto que me hizo Alberto Revesado mientras tentaba en la ganadería de Ortigao Costa. Expresa un buen montón de sentimientos que quiero compartir hoy con vosotros. Al igual que con todo aquel que decida ir a verme a Madrid. Es un triunfo que me hace mucha falta y les prometo que no les defraudaré...

sábado, 30 de mayo de 2009

Voy a verte de nuevo...

Por fin tenemos fecha para volver a la plaza de toros de Las Ventas. Será el 21 de junio, con una corrida de Guadaira que, en principio, es muy buen encierro para ese día. Estaba deseando volver a verme anunciado en Madrid y, por fin, ha llegado el día.

No es que no te haga ilusión estar en otras plazas, pero Las Ventas es especial. Ya me recorre el cuerpo el hormigueo de la responsabilidad y del miedo que se pasa cuando uno va a Madrid. Hay tardes que son muy especiales, en cualquier parte, pero en Madrid todas las tardes lo son. Sientes el peso de las miradas puestas sobre ti y sabes que te estás jugando mucho, que tienes mucho que demostrar, pero ahora también sabes que lo llevas dentro y que sólo tienes que dejar que fluya. Quizá sea lo más sencillo, pero también es lo más complicado.

Por eso quiero dejaros este vídeo que me ha editado Marco y que refleja, en la letra y en el sentimiento de las imágenes, algo parecido a lo que yo siento, ahora que sé cuándo voy a estar allí y ahora que tengo claro que no quiero volver a faltar a la cita con la plaza que da y que quita. Escuchad a Gloria Estefan porque, sin saberlo, parece conocer lo que se me pasa por la cabeza de cara a la gran cita.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Capturar un instante

Siempre me ha parecido muy bonito eso de capturar un instante irrepetible en una fotografía. Los toreros, además, solemos tener un montón de ellas porque nos recuerdan ese momento, ese instante en el que cuajamos un toro o pegamos un muletazo extraordinario. Pero no es de muletazos de lo que quiero hablaros hoy, sino de instantes. Los que inmortaliza José Ramón Lozano con su cámara en la exposición "Instantes de arte en el Wellington", que se inaugura mañana en ese hotel tan madrileño y tan taurino. No he tenido la oportunidad de ver todavía el trabajo completo, pero fue tan bonita y lo pasé tan bien en la sesión de fotos que me hizo a mí que me imagino el resultado final. Lo veremos mañana.
Además, me pareció muy curiosa la idea de captar momentos en el hotel. Desde la hora a la que llegas, cansado del viaje, hasta cuando vuelves de Las Ventas, después de haber toreado allí, con el resultado obtenido reflejado en el rostro. Jose Ramón ha logrado plasmar todas esas sensaciones, y desde aquí quiero darle mi más sincera enhorabuena, porque es un tío con una creatividad enorme y una sensibilidad especial.
Os dejo unas fotos que tomamos en la sesión, a modo de making off, y os animo a que visitéis la exposición porque os aseguro que merece la pena.

domingo, 10 de mayo de 2009

Otra vez el triunfo

Antes de comenzar a contaros cosas tengo que daros las gracias a todos por las muestras de apoyo y los mensajes de felicitación que me habéis enviado, tanto al móvil, como al correo de la web, como a este blog en forma de comentarios. Muchas gracias. Ya os he dicho muchas veces que sin vosotros esto no sería posible.
Y esto me llena mucho más, si cabe, después de haberme reencontrado con el toro, en una plaza, de luces, y haber triunfado de manera importante. El viernes, en Valdemoro, me sentí muy a gusto en la cara de los toros. En el primero, porque me desbordaban las ganas, aunque el toro se terminó demasiado pronto. En el segundo, porque fue un gran toro y pude expresar el toreo tal como lo siento. Y pude comprobar yo mismo la evolución de la que vengo hablando en este espacio desde hace tiempo.
Es muy agradable volver a saborear esa sensación única e irrepetible de cuajar un toro. Y digo irrepetible porque nunca cuajas dos toros iguales. Cada uno es un mundo, y también te hacen sentir cosas diferentes. Lo que siempre es igual es que las sensaciones son extraordinarias. Sobre todo, cuando lo haces a tu gusto y tienes la oportunidad de expresar toda tu tauromaquia. Tanto con el toro que te lo permite como con el que no. Hay que tener recursos para todos.
Ya sabéis que podéis ver el vídeo de la actuación completa en la web, pero aquí os dejo unas fotos de Julián López Guijarro del festejo de Valdemoro.



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jueves, 7 de mayo de 2009

Empieza el año

Ahora sí que sí... Mañana me vestiré de luces en público por primera vez esta temporada. Y digo en público porque ayer ya tuve mi primera toma de contacto con los caireles esta temporada. Fue en la finca de Fernando, el de Garamond, donde maté dos toros a puerta cerrada. Es la forma de cogerle el pulso a la campaña y de probarte de cara a tus comparecencias en público.



Y volví a sentir un hormigueo especial a la hora de enfundarme el vestido de torear. Me puse el burdeos y oro, de terciopelo. Es precioso, aunque ya me va quedando un poco pequeño. Lo estrené el día de mi confirmación de alternativa y me ha acompañado en citas muy importantes. Ayer volvió a estar conmigo, sintiendo lo mismo que yo.



Lo más importante fue volver a cogerle el pulso al toro, que no embiste igual que las vacas en los tentaderos. La sensación es muy distinta debido a su volumen y a su forma de tomar los trastos, mucho más despacio, dándote algo más de respiro entre muletazo y muletazo. Te sientes más torero, le das más importancia. Quizá porque la tiene...



Os preguntaréis cómo estuve. Pues lo podéis comprobar por vosotros mismos, gracias al vídeo que podéis ver en la página principal de la web para que participéis un poco más de cómo se va desarrollando mi evolución como torero. Disfrutadlo y, al que pueda, le espero mañana en Valdemoro.

domingo, 26 de abril de 2009

Se acerca la hora

Perdonad que haya estado tanto tiempo sin escribir ninguna entrada, pero el campo, la mentalización y los entrenamientos me han tenido más ocupado de lo normal. Ya estaba deseando contaros algo que me lleva rondando la cabeza desde hace tiempo.

Y creo que es normal, porque ya se va acercando la hora de vestirse de luces y comienza a frecuentar mis tripas ese duendecillo que supongo que tenemos los toreros y que nos hace pensar constantemente en ponernos delante del toro. Como la primera fecha de luces es Valdemoro, el 8 de mayo, voy contando casi hasta los minutos que quedan para volver a la cara del toro. Y ya queda menos...

Además, voy necesitando ya probarme y probar todas las cosas que he ido ensayando este invierno y que ya afloraron, aunque quizá todavía con timidez, en los dos festivales que llevamos toreados hasta ahora. En los dos me encontré muy a gusto y pienso que he recuperado cosas que tal vez había dejado aparcadas por la necesidad de triunfar todas las tardes.

Los periódicos dicen que he ganado en profundidad, asentamiento y variedad, y yo creo que lo que sucede es que he vuelto a la frescura de mis inicios, a la ilusión por que cada uno de los muletazos que pego sea mejor que el anterior. Estoy buscando, además, la variedad sin salirme de mi estilo, de mi personalidad, y todo eso quiero compartirlo con vosotros.

Por eso estoy pensando en colgar alguno de los vídeos de los tentaderos que hago, para que todos participéis en una cosa tan hermosa como es torear en el campo.

¡Ah!, antes de que se me olvide. Quería agradeceros todos vuestros comentarios y vuestros mensajes de ánimo. Os aseguro que los leo todos. Me gusta saber que estáis ahí porque eso es muy importante para un matador de todos. Gracias.

sábado, 11 de abril de 2009

Un figurón del toreo

Estos días que estoy metido en el campo, entrenando cuerpo y mente para una temporada que debe ser muy importante para mí, cuento con la compañía de mi portátil, donde tengo un montón de faenas, propia y de otros compañeros, y también los tentaderos que llevo hechos este año. Cuando acaba el día y te vas a descansar, esos vídeos ayudan a seguir soñando el toreo.

Y es precisamente viendo esas películas cuando descubres cosas nuevas en la labor que han dejado para la historia toreros que han sido figurones. Y uno de ellos es Paco Ojeda, uno de mis espejos a la hora de interpretar el toreo como yo lo siento. Ese conocimiento innato de los animales, ese temple reposado y sereno, en los terrenos en los que los toros hieren, hacen del maestro de Sanlúcar un personaje digno de admiración.

Por eso he querido compartir con vosotros las sensaciones que a mí me causa verle torear. Aquí os dejo el enlace.

http://www.youtube.com/watch?v=-MXK9_tBUSw

domingo, 5 de abril de 2009

En el buen camino




Sé que prometí que ayer estaría con vosotros para contaros cómo se había dado el festival de Cazalla de la Sierra, pero me fue imposible. Afortunadamente... Lo digo porque las cosas rodaron, corté el rabo al toro de Herederos de Antonio Ordóñez y fui el triunfador del festival. Luego, por la noche, los compromisos me impideron entrar en este Diario.


Y mira que tenía ganas, porque me sentí muy a gusto ayer en la cara del toro, que era un hombrecito por volumen y presencia, y noto que mi estoy consiguiendo que mi evolución se encauce por donde yo quiero. Me gustaría que la gente percibiese mi toreo tal como lo siento, y eso es lo que estoy intentando ahora. Y creo que ayer lo conseguí. Por eso estoy muy contento. Y por eso crfeo que estamos en el buen camino.


Sobre el festival os diré que vi fenomenal al maestro Parada. A su edad no se le ha olvidado bajarle la mano a los toros ni utilizar los toques con una precisión milimétrica. Tuvo menos suerte el maestro Pepe Luis Vázquez, que se llevó el animal de menos condición del festival, y me gustó también la raza que sacó Pareja Obregón, que se llevó una voltereta tremenda y nosotros, un buen susto.


Padilla estuvo sobrado con su toro. Tiene unas condiciones innatas para agradar a los tendidos y para hacerse el amo de cualquier reunión. Estuvo sobrado con un toro que también era amplio y al que le cortó dos orejas.


El que más me sorprendió fue Daniel Sotillo, el novillero. No veáis cómo estuvo ese chico con el que cerró plaza. Toreó largo y con mucho valor, pero sin excesos. Lástima la espada, pero aún así le cortó dos orejas.


Os regalo el enlace del vídeo para que juzguéis por vosotros mismos.

viernes, 3 de abril de 2009

Mañana toreamos...

Mañana toreamos... Esa es la idea que me lleva ocupando la mente durante todo el día de hoy. Será porque ya estoy deseando ponerme delante, sentir el calor del público, expresarles todo lo que llevo dentro de la manera que mejor lo hago: con mi muleta y mi espada.

Será en un festival en Cazalla de la Sierra, con el público sevillano que ya me vio triunfar el año pasado en Constantina. Son bonitos los recuerdos de esa tarde. Hace un rato lo pensaba y me salió de dentro ponerme a torear de salón... Y eso que antes había estado toreando un toro y una vaca para entrenarme, pero siento la necesidad de hacer el paseíllo, de analizarme en la cara del toro para ver cómo voy evolucionando en mi manera de interpretar. Llevo unos meses sintiéndome tan a gusto con la muleta en la mano que ya tengo ganas de enseñárselo a todo el mundo. Como en Ciudad Rodrigo, donde me sentí mucho con el toro de Sayalero al que le corté las orejas.

Mañana toreamos... Y ese pensamiento ya no se me quitará de la cabeza hasta que mañana se convierta en hoy. Será entonces, después de torear, cuando os cuente qué ha sucedido en el festival. Allí os espero.

jueves, 26 de marzo de 2009

Gracias por estar ahí

Hola a todos.
Quería que mi primera entrada en el blog sirviese para daros la bienvenida y agradeceros que estéis ahí, al otro lado de esa pantalla que a mí me causa ahora tanto respeto. Pero hace tiempo que me rondaba por la cabeza la idea de compartir con vosotros, los que entráis en mi web y en este blog y queréis interesaros por mi carrera, todas esas cosas que siente un torero y que hacen grande esta profesión, la más hermosa del mundo para mí.
A partir de ahora os iré comunicando cómo se va desarrollando mi carrera, mi asalto al trono del toreo, porque uno no puede jugarse la vida cada tarde si no es feliz con lo que hace y no tiene un objetivo muy claro. Os contaré lo que siento, lo que vivo, mis momentos de paz y de trasiego constante. Intentaré acercaros un poco más a la vida de un matador de toros. Para que viváis conmigo, desde dentro, este maravilloso mundo.
Por eso vuelvo a agradeceros la visita y digo, como siempre dijo el más antiguo del cartel a la hora de romper plaza, que Dios reparta suerte...