viernes, 23 de julio de 2010

Otra vez en la pelea

Es duro ver cómo pasan los días y no toreamos. No es que te haga perder la fe, pero sí hay que ser muy fuerte de ánimo para remontar una situación complicada. Y es que ahora, en el mundo del toro, cualquier traspié te manda al banquillo. Es ley de vida, y no ni el primero ni el último al que le pasa. Lo que hay que hacer es remontar la temporada con lo que queda por delante que, por cuerte, tiene su importancia.
Pero, más que por la categoría de las plazas, que la tienen, es por mi necesidad de volver a la cara del toro por lo que más me duele esta situción. He estado dos meses parado, y eso no me había sucedido nunca. Cierto es que las cosas en Madrid no salieron como yo esperaba y como yo quería, pero no creo que mi actuación fuera desastrosa, ni mucho menos. Lo que ocurre es que yo necesitaba más. Personal y profesionalmente.
Ahora, por fin, volvemos a la pelea. Será el domingo en Cabanillas del Campo (Guadalajara) y será, como dicen los futbolistas, una de las muchas finales que me quedan esta temporada. Ya sé lo que es ganarse el siguiente contrato con cada actuación. Y fui capaz de remontar, por lo que estoy convencido de que lo puedo volver a hacer, y de que todos los reveses que pueda llevarme serán lecciones en mi proceso de crecimiento como torero y como persona.
En el campo, últimamente, he vuelto a tener sensaciones extraordinarias que me había arrebatado la desilusión de que no pasase nada en Madrid. El otro día, en El Ventorrillo, pude cuajar dos vacas con mucho volumen como si fuera en una plaza, y me sirvieron muchísimo para volver a sentir la muleta en las manos.
Por eso quiero agradeceros que sigáis ahí y que confiéis en mí, porque no os voy a defraudar.