domingo, 20 de septiembre de 2009

¡Cómo lo disfruté!


Aquí estoy, de nuevo ante vosotros, los que me habéis seguido y me habéis apoyado durante toda la temporada. Aquí estoy, de nuevo, con un nuevo triunfo debajo del brazo, aunque éste no sea un triunfo cualquiera, sino el triunfo en Salamanca. Por eso quiero agradeceros, antes de nada, el cariño que me habéis dado y que me seguréis dando por siempre, porque es como una droga que me hace sacar fuerzas para agradeceros el empeño. Os he sentido cuando estaba toreando, os he visto cuando hacía el paseíllo y os he saludado -a los que he podido- cuando paseaba por la calle. Ha sido todo tan bonito que, después de lo que había costado llegar hasta aquí, no se puede quedar en una feria para el recuerdo. Tiene que ser el comienzo de mi nueva etapa, de mi nuevo ciclo en esta profesión tan hermosa y tan sacrificada.
Desde que salió el sol el domingo 13 sentí que iba a ser mi feria. Lo sentía en los dedos, en la barriga, en el alma. No sabía si embestirían los toros, si todo estaría en orden, si la suerte se pondría o no de mi lado. Sólo sabía que no me iba a guardar nada.Luego, cuando atravesaba otra vez en hombros la Puerta del Toro... Era tan feliz que no quería que se escapase ese momento. Quería que se repitiera una y otra vez, y ahora sé que está en mi mano.
Y a los tres días, cuando cogí la sustitución y pude cuajar el toro de Montalvo, di las gracias por ver recompensado el esfuerzo que hemos hecho todos esta temporada, que no está siendo nada fácil y, sin embargo, es cuando mejores sensaciones tengo con la muleta en la mano. Y pienso que quedó claro, ya que me han comunicado que he logrado el premio de La Gaceta otra vez, lo que aprovecho para agradecer al jurado de ese trofeo.
Han sido muchas las llamadas recibidas y muchos los mensajes que me dan fuerza para seguir haciendo lo que más me gusta. Y más ahora, que me gusta más que nunca. Os aseguro que a nada que surja una nueva oportunidad volveremos a estar en la lucha, porque nunca me he sentido muerto, ni siquiera malherido. Mientras siga disfrutando de mi profesión como lo hago ahora y siga teniendo vuestro apoyo, seguiré luchando para llegar a ser lo que siempre he soñado: Figura del Toreo.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Satisfecho... pero quiero más

Os prometí que os iba a dedicar más atención y que os escribiría esta semana y aquí estoy, cumpliendo lo prometido. Además, me gusta contar las cosas buenas que han pasado. Sobre todo, que he toreado dos festejos el fin de semana y, aunque ha habido también algún elemento de mala suerte, lo cierto es que me he divertido mucho toreando y me he vuelto a sentir y a confirmar que el camino que he elegido es el que más me llena.
El sábado estuvimos en Gálvez, en un pueblecito de Toledo muy acogedor y donde nos mostraron mucho cariño. Me salió un novillo muy bueno de José Manuel Escolar y lo cuajé de principio a fin. Estuve muy a gusto delante de la cara y hasta pude intentar cosas a las que le llevo tiempo dando vueltas de salón. El trabajo en el entrenamiento es muy importante, pero lo es más intentarlo delante del toro.
Y al toro lo vi en Cuéllar el domingo. El primero se había tirado un cuarto de hora pegando derrotes contra las vallas del encierro y eso se notó luego en la plaza. Mira que me puse de todas las maneras posibles, pero no hubo manera. ¡Qué sensación de frustración se te queda cuando es imposible pegarle pases a un toro!
Con el que me encontré sensacional fue con el segundo, un toro de La Gloria que tenía mucha bondad pero que andaba justito de fuerza. Tanto que Juan Luis sólo le dio un picotazo para conservarle la condición.
Con la muleta en la mano disfruté una barbaridad. Es la forma de demostrarme a mí mismo que puedo superar todas las adversidades, y que hay que sacarle faena a todos los toros posibles. Logré mantenerlo en pie y afianzarlo para ligarle luego series de mucha largura, como a mí me gustan. La pena es que lo pinché varias veces cuando le tenía cortadas las orejas, pero dejé una gran impresión y me despidieron con una ovación.
Por todo eso, me siento satisfecho del toreo que he ido mostrando, pero quiero mucho más. Salamanca está ahí, tan a la vuelta de la esquina que ya puedo olerlo, y ahí sí que no va a fallar nada. Se lo debo a mucha gente que, como vosotros, confía en mí, pero me lo debo, sobre todo, a mí mismo. Y esa es mi plaza...